EL DINERO O LA VIDA

¿Ciertamente invertimos nuestro mayor tesoro en algo o en alguien que vale la pena? Es posible que dediquemos gran parte de nuestro tiempo de vida en rodearnos de dinero y cosas materiales con la idea de que con ellos seremos mucho más felices al conseguir lo que deseamos y suele pasar que cuanto más tenemos más queremos y no paramos de seguir intentando llenar de satisfacciones momentáneas nuestras vidas. El tener dinero no es malo, sabemos que él es necesario para satisfacer los requerimientos esenciales y gustos puntuales que nos mantengan motivados y alegres al compartirlo con esas personas que son realmente importantes para nosotros. Es significativo identificar a tiempo en que escala emocional nos encontramos cuando deseamos aumentar nuestros ingresos económicos, pues si no tenemos cuidado podremos caer en un agujero negro al ver cómo llega el dinero a nuestras vidas y perdemos el centro del verdadero motivo del existir. El valor de la vida no se puede centrar exclusivamente en tener por tener, pues con ello seguramente estaremos rodeados de muchas personas que solo nos buscan y nos tratan por lo que poseemos y no por lo que somos, pues en esos momentos no podemos darnos cuenta por el hecho de habernos entregados a la hipnosis de una vida artificial y de apariencias. Ser rico no es malo, es realmente maravilloso, pero esa riqueza debe nacer desde el ser, esa fortuna incalculable del nivel de humanidad que poseemos que nos permite aumentar nuestras ganancias diarias de estar junto a esos seres que nos aman por lo que somos y no por lo que poseemos, pues la vida en cualquier momento nos puede cambiar, donde las riquezas monetarias y materiales así como llegaron se pueden ir y allí sólo contaremos con el tesoro que logramos acumular en lo que fue nuestra mejor inversión, al tocar la razón y el corazón de quienes estaban junto a nosotros por nuestra naturaleza y sencillez. Queridos y apreciados lectores, como parte de la sociedad es importante trabajar en nuestros proyectos de vida, en donde obtengamos el merecido y necesario aporte económico para adquirir progresivamente aquellas cosas materiales importantes en la edificación de nuestros deseos, lo importante es no perder el norte de nuestra personalidad al comenzar a percibir de manera creciente el producto de nuestro esfuerzo, pues es posible que nos perdamos en un mundo de fantasías si no estamos bien centrados en la humildad que debe imperar en él se humano que somos. Muchas veces tenemos de todo y pensamos que aún nos falta, muchas veces vemos personas que abandonan aquellos tesoros familiares, de amistades, de compañeros de vida por el egoísmo de vivir ciegamente por tener. Recordemos que la vida es cíclica y que finalmente vamos a cosechar lo que sembramos. La mejor inversión es aquella que se hace con humildad, la que nace a través de un acertado y consolidado propósito, aquel que sabemos nos permitirá seguir creciendo de manera organizada y compartida con los verdaderos tesoros de vida, pues de nada vale tener de todo si al final no tenemos una pareja, una hermosa compañía, un hogar, familiares y amigos que estén a nuestro lado por nuestra esencia y no por interés. No olvidemos que nuestra mayor riqueza somos nosotros y vale más una humilde sonrisa de una persona feliz, que una fingida sonrisa de fotografía acompañada de la soledad de estar rodeados de oportunistas.

Héctor Baptista, Facilitador de Pensamientos Reforzadores de Vida, Practicante del Círculo de Realización Personal (CRP) en instagram por @mensajes_del_corazon_hb 



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