NOS ES
QUIEN SE FUE, SINO QUIEN LLEGARÁ
Sabemos que
al finalizar una relación sentimental luego de un tiempo considerable de haber compartido,
nos afecta emocional, psicológicamente y hasta pudiese darse el caso que esa
afectación llegue en alteraciones físicas (variación y descompensación
alimenticia), desmejorando nuestra salud. Hay Seres humanos que pareciera les
gusta hacerse el mártir, el sufrido, esa típica persona que vive con cara triste
y arrepentida, intentando dar lástima por no haber superado un traspié en la
vida sentimental. Si realmente deseamos vivir en el amor, primero tenemos que
salir de ese hueco que decidimos acoger como nuestro refugio. Si vemos a esa
persona que busca llegar a nuestro corazón con desconfianza jamás tendremos la
posibilidad de formalizar algo en nuestra vida y terminaremos solos. Esa rotura
afectuosa no debe inferir de forma permanente en nosotros, pues luego del dolor
y el duelo que se debe recibir, vivir y asimilar, nos corresponde superar aquel
momento y seguir delante de manera de abrirnos a volver a empezar. Si deseamos
algún día tener una persona que nos amé, tendremos que dejar de asumir esa
aptitud de desconfianza y andar poniendo pruebas, pues les aseguro que siendo
así terminaremos alejando a quien por un instante logró fijarse en nosotros. Antes
del encuentro con esa pareja deseada debemos sanar y soltar el peso de una mala
jugada de la vida que ya pasó y que forma parte de nuestro pasado. De lo vivido
tomemos las enseñanzas y los mensajes positivos que siempre nos brindarán, pero
si vamos a llevar de por vida al hombro una auto tortura de un fracaso jamás seremos
felices. No todo es igual, debemos primero creer en nosotros y permitirnos
vivir sin castigarnos. Querido y apreciado lector, compartiré mi visión sobre
la pareja. Visualicemos el océano (la vida) y las distintas islas (personas)
que en él se encuentra, en general todas las islas poseen la misma
características que les da su clasificación, sin embargo cada una de ellas
poseen sus riquezas, sus atributos, sus encantos, atractivos, historias, entre
otras cosas particulares, lo que al final le hacen ser diferentes, no hay isla
que sea igual que otra por más que pueda parecerse, entonces porqué
catalogar a todas las personas de un género en particular por igual, sin darle
y darse la oportunidad de realmente conocer y vivir su nueva experiencia. Si llegamos
abrir los ojos y deseamos conocer una nueva isla no busquemos en ella similitud
con aquella que por alguna razón no cumplió con nuestras expectativas anteriores,
pues con ello le daríamos fuerza al subconsciente que nos impediría avanzar en
volver a sentir la libertad de navegar en el amor bonito, alejando así a toda
persona que pueda haber querido crecer junto a nosotros con visión de futuro. Recordemos
que siempre habrá algo mejor, que siempre tendremos una nueva manera de recibir
cada amanecer, que el hoy que vivimos es único y él nos regala la posibilidad
de crear instantes maravillosos y realmente mágicos, pues todo dependerá de
nuestra manera optimista de recibir las enseñanzas y situaciones vividas. No olvidemos
que es más lindo apreciar el paisaje de una
natural y sentida sonrisa que un rostro opaco por la frustración. Si nos
sentamos en el columpio de la vida guardemos el puesto de quien realmente esté
listo (a) para acompañarnos en la hermosa aventura de vivir en amor.
Héctor
Baptista, Facilitador de Pensamientos Reforzadores de Vida, Practicante del
Círculo de Realización Personal (CRP) en instagram por @mensajes_del_corazon_hb
Asesorías y Orientaciones a través del email:cuandohablaelamor1@gmail.com
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