EN BUSCA DE LA BRISA MARINA

Existen emociones adquiridas que por algunas situaciones vividas, nos afectaron a tal punto que nos aíslan y nos impiden disfrutar de momentos y otras personas. En estos casos el único remedio sanador yace en nosotros, pues desde el pensamiento y amor individual encontraremos la salida de aquel túnel sin fondo que hoy nos impide encontrar de nuevo aquella felicidad que solía en una oportunidad brillar en nuestro ser. Bien sabemos que la soledad no es buena compañía y mucho menos buena consejera, por ello lo importante de abrir los ojos y darnos cuentas que si estamos solos fue porque así lo decidimos. Hay soledades muy particulares y curiosas, esas donde vivimos rodeados de personas que nos aman, que están pendiente de nosotros, en donde existen hermosos motivos y detalles y simplemente decidimos no verlos, no sentirlos, no apreciarlos y nos autocastigamos bloqueando recibir lo bueno y hermoso que la vida nos ofrece por la victimización de no querer encontrar sentido y preferir aislarnos en un ambiente triste y desmotivador. Queridos y apreciados lectores, Somos nosotros quienes tenemos el poder de pedalear y salir del desierto de emociones vacías que decidimos albergar en nuestro ser, busquemos integrarnos al grupo de personas que siempre han estado allí con las manos abiertas para compartir con nosotros la alegría de estar en un lugar perfecto, en ese momento colorido y especial que nos hacen brillar como nos gusta. Busquemos salir de los tonos grises, enfocando nuestra vida en esa dirección que tenga sentido y emoción. Es posible que por aferramos a una persona o una situación en particular asociándola a un sueño que no se concretó como inicialmente pensamos nos desmotivamos, la visita de esa emoción es posible que la recibamos, siendo importante no darle hospedaje permanentemente. La diferencia está en saber entender que lo acontecido fue lo mejor, pues las razones asociadas al equilibrio natural en nosotros siempre buscará apartar de nuestro paso aquello que al final no contribuirá con el desarrollo positivo de nuestras vidas, por ello lo importante de entender que si algo o alguien que ayer fue parte de un presente y hoy no acompaña con su presencia, es producto del desarrollo de nuestro destino, valorando con agradecimiento lo vivido y compartido, sin que ello sea un motivo para culparnos y castigarnos. Aislarnos nunca será beneficioso, con ello alejaremos poco a poco a todas las personas que nos aman y que desean lo mejor para nosotros, aislarnos es darle paso a un ambiente hostil, que hará cambios indeseados en nuestra personalidad reflejado por la impotencia de no querer aceptar que la vida se muestra con la naturalidad que posee y que no podemos alterarla, ni controlarla a nuestra voluntad. Busquemos entonces acoplarnos y sintonizarnos con lo que recibimos de manera positiva y en gratitud, teniendo en cuenta que si nos sentimos solos podemos cambiar positivamente esas sensación.  Abramos los ojos y veamos quienes están a nuestro alrededor, notemos quienes están allí con su manos extendidas y dispuestas para que nos apoyemos en ellas, percibamos con nuestros sentidos todo lo que nos rodea, valorando y permitiendo recibir de ello aquello que nutrirá con su naturaleza nuestra alegría de recibirle. La felicidad es como la brisa marina, que solo se puede sentir estando frente al mar, si la deseamos necesariamente tenemos que ir por ella.

Héctor Baptista, Facilitador de Pensamientos Reforzadores de Vida, Practicante del Círculo de Realización Personal (CRP) en instagram por @mensajes_del_corazon_hb 




Asesorías y Orientaciones a través del email:cuandohablaelamor1@gmail.com

https://mensajesdelcorazonhb.blogspot.com

Comentarios

Entradas populares de este blog