A MÍ MEDIDA
A veces es necesario
toca tocar fondo y sentir la vergüenza de reconocer que nos equivocamos en la
manera como permitimos hacernos daño al no valorarnos totalmente. “Primero yo”,
una frase que muchos escuchamos e igualmente muchos a diario la decimos, pero
¿Realmente primero estás tú? Hay momentos en los cuales solemos fijar atención
en otras personas por distintas razones, que por lo general están vinculadas a
deseos mal orientados y terminamos lastimados o llevando el peso de
conformarnos con lo que llega y como llega. Es allí en ese instante cuando
lastimosamente nos vemos reflejados en estas líneas que nos percatamos que es
necesario reorientar nuestra conducta y recobrar el amor por nosotros a través
del valor de reconocer que nos impusimos ver algo que idealizamos y buscamos
moldearlos a nuestros deseos. “No me nace hacerlo, sin embargo no me queda otra
opción”, “Es que si le digo que no me gustó, lo (a) voy a perder”. Aquí es
donde entra perfectamente el “Primero yo”, no podemos seguir engañándonos, cuando
algo realmente sea contrario a lo que te gusta, a nuestros valores, a nuestra
forma de ser y buscamos forzarnos a recibir algo o alguien por esa razón
desesperada de buscar lo que deseamos, terminamos como cuando nos colocamos un
calzado o una prenda más pequeña solo porque se ve bonita, luego al rato
comenzamos a sentir la presión que ejercerá en nuestro cuerpo aquella prenda y
entonces ya no la veremos tan atractiva y sólo buscaremos el momento de
quitarnos aquel ajustado zapato o vestido y recuperar la felicidad de sentirnos
cómodos, allí finalmente pensamos en nosotros y actuamos rápidamente en quitar
lo que nos apretaba. Queridos y apreciados lectores, cuando estemos en ese
maravilloso instante de la conexión con nuestros deseos, no busquemos incluir
en ellos la conformidad, debemos realmente querernos y reconocer que somos
seres maravillosos, con valores, especiales, notables y que ciertamente no
merecemos andar con un calzado ajustado. Las veces que sintamos que no llega a
nosotros lo que deseamos, no intentemos buscar entrar en algo más estrecho o
más ancho a nuestra medida, pues de hacerlo sabemos que al momento lo
llevaremos, pero al cabo del tiempo terminaremos volviendo a nuestro atuendo
anterior y con ellos nos sentiremos desalentados. Entonces enfoquemos bien
nuestros deseos permitiéndonos probar antes de adquirir aquello que
visualizamos en nosotros, sólo así podremos lucir con comodidad, sin temor lo
que con amor y sin presión decidimos hacer parte de nosotros. Pues lo
importante no es solo que se nos vea bonito, también nos debe quedar
perfectamente ajustado a la medida de nuestros gustos.
Héctor Baptista, Facilitador para crear
Pensamientos Reforzadores de Vida. Sígueme por Instagram y Facebook a través de
@mensajesdelcorazonhb Asesorías y Orientaciones a través del
email:cuandohablaelamor1@gmail.com
Comentarios
Publicar un comentario