NI UN ABUSO
MÁS
“Me
viste cara de…”. Existen personas que parecieran estar siempre al acecho de
otras que se muestran por su naturaleza, como presas fáciles para nutrirse y
beneficiarse de ellas de manera abusiva. Es bien desagradable lidiar con seres
humanos aprovechadores de oficio, esos que suelen valerse de las debilidades de
otros en aquellas condiciones individuales en donde presentan alguna deficiencia
como por ejemplo: los estados emocionales, los niveles intelectuales, rasgos o
condiciones físicas, condiciones económicas, situaciones familiares o
laborales, donde por su posición ligeramente ventajosa respecto a las
condiciones de sus víctimas, actúan de forma furtiva, sólo con el propósito de
lucrarse de aquello que no le corresponde, igual sucede con los que somos
extremadamente generosos, donde nuestras sensibilidad por las condiciones que muestran
los actores que pretenden hacerse ver como personas desafortunadas, buscan con
ello obtener su planificado beneficio, sin necesidad de hacer esfuerzo alguno, “La
vida fácil”. Por lo general las personas que solemos ser mártir de los especuladores estamos conscientes del
aprovechamiento en el cual somos objeto. Queridos y apreciados lectores, no se
trata de endurecer nuestra sensibilidad humana y perder nuestra hermosa característica
de querer ayudar y apoyar a quien bien necesite de una mano amiga, sin embargo
en todo hay límites y momentos. Es aquí donde
deseo compartir, que indistintamente a la condición a la cual nos encontremos, donde
inclusive pudiésemos pensar que nos ponen en una situación apremiante y
vulnerable ante los carroñeros humanos, debemos
potenciar nuestra valoración personal, a un nivel que nuestra dignidad sea
respetada, entendiendo que no hay seres humanos superiores a otros, pues no existe
persona alguna que posea todas las cartas a su favor, pues siempre en algo tendremos menos fortalezas que otros y
eso en el fondo es lo bonito, pues con ello nos complementemos y nos apoyamos,
claro siempre sin aprovecharnos de nuestras potencialidades sobre quien por su
naturaleza posee otro nivel. Por otra parte es bueno tomar el valor de expresar y exigir con dignidad
y sin violencia, que debemos ser respetados, al igual que valorados por
nuestras cualidades y bondades, que son parte de nuestra esencia. “No me veas con
cara de tono”. Una manera muy clara de hacer entender a esos aprovechadores, de
que nuestra generosidad, buena voluntad, equilibrio, preocupación y hasta por nuestros
requerimientos que podemos mostrar, no nos convierte en seres sumisos. Ciertamente
vivimos en un mundo donde los valores humanos fundamentales, como la
honestidad, el respeto, la confianza, se han ido deteriorando por culpa de nosotros
mismos que hemos ido llevando nuestra vida con esa simpleza de la cotidianidad,
donde para algunos nos da igual, suceda algo o no. (Ser indiferentes), pues a
veces vemos a esos abusadores actuar y nadie le dice nada, inclusive a quienes
sabiendo que somos utilizados, preferimos quedarnos callados, con la falsa
creencia que así es mejor, evitando enfrentar a quien vive atentando contra
nuestro perfecto estado emocional, nuestra dignidad personal, nuestro desarrollo
laboral y familiar. Todo tiene su tiempo y hoy es propicio para aprender a
decir “No más”, “Yo valgo mucho y por ello me hago respetar”.
Héctor Baptista, Facilitador
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