NI CON EL PÉTALO DE UNA ROSA

Siempre será un buen día para reconocer que en la Mujer yace la mejor representación de fortaleza, firmeza, decisión, aplomo, valentía, entereza, cuando les corresponde afrontar o asumir grandes retos de vida y basta simplemente con ejemplarizar que las Damas por naturalidad divina de Dios, representan la perfección más evidente del misterio humano, principalmente por las razones ya conocidas de dar vida a través de su vida, pero también porque ellas no son predecibles cuando por amor son capaces de hacer hasta lo que se ve imposible y logran su objetivo así tengan que arriesgar su propia vida. En este mundo equivocado donde históricamente la mujer se ha conceptualizado y hasta tratado como seres inferiores, vemos que desde el principio de la creación hemos venido por siglos asumiendo erróneamente una etiqueta machista y temerosa con relación a las protagonistas de este escrito, pues el equilibrio del mundo siempre ha estado en la base de la acción, sentir y pensamiento de la Mujer. Quiero de alguna manera exaltar la majestuosidad de esa Dama, que como ser mágico y real, que siente, piensa, crea, sufre, ríe, llora, teme, sueña y que da vida; hace posible que todos absolutamente todos estemos hoy formando parte de este hermoso presente. Para mis colegas del género si deseamos ser Caballeros, debemos primero entender y aprender a conocer al ser más delicado y fuerte de la humanidad, LA MUJER; ella desde niña lleva en su hermosa naturaleza, su gentil forma de ver lo maravilloso y lindo de todo lo que le rodea, pues albergan en su interior los Ojos del Alma, así le digo yo, pues no están pendiente de otra cosa que el ser feliz con lo que les rodea y por lo que pueden disfrutar. Una dama siempre verá con ojos de admiración y valoración, los detalles más sencillos, pero que sean obsequiados con Sentimiento y Dedicación. Hay mujeres que por razones particulares les ha tocado levantar su vida entre infinitas tormentas, situaciones muy complicadas. Aun así ellas no dejaron de crecer y ser las grandes damas que muchos de nosotros hoy conocemos. Queridos y apreciados lectores, aquí no se trata de colocar en un sitial de honor supremo a nadie, por ello lo importante de aceptar que tanto nosotros los caballeros, como las distinguidas princesas que nos acompañan en el equilibrio de la humanidad representada en cada mujer, somos tan importantes y valiosos, al punto que Dios buscó el Equilibrio y la Complementación de la Humanidad a través de esa perfecta sincronía entre ambos géneros para la creación desde el Amor en todas las actividades humanas. Aunque lamentablemente hay que aceptar y reconocer que hay damas que por las injusticias de quienes nos creemos más fuertes, les toca soportar grandes presiones, físicas, mentales y morales, donde podemos apreciar la capacidad emotiva que cada mujer suele imponer antes aquellas dificultades, sin que aquello le impida seguir adelante. Podrá ser tocada por la embestida de la insensibilidad humana, esa que intentará someterla a su conveniencia, sin embargo será estéril sus vanas intenciones, pues dentro de ese ser sensible, hermoso, sencillo, delicado y bello que muestra cada mujer, yace aquella fortaleza natural que sólo ellas pueden imponer cuando se ven amenazadas por las tormentas que se les presenten.

Héctor Baptista, Facilitador para crear Pensamientos Reforzadores de Vida. Practicante del Círculo de Realización Personal (CRP). Sígueme por Instagram y Facebook a través de @mensajesdelcorazonhb Asesorías y Orientaciones a través del email:cuandohablaelamor1@gmail.co




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