UN HOY QUE NO SE REPETIRÁ
La vida es tan bonita que para poderla apreciarla debemos caminar en vez
de correr y es que generalmente vivimos apresurados deseando obtener todo rápido,
de que nos llegue lo que anhelamos instantáneamente y es allí donde
lamentablemente muchos sentimos que nos hace falta siempre algo, en donde sin poder
entender nos sentimos vacíos a pesar de tener en nuestras manos aquello que
tanto nos propusimos. Recordemos que existen distintas maneras de hacer las
cosas, pero la más conveniente es aquella que se logra cumpliendo los pasos y métodos
apropiados para el fin que deseamos. “Logré tener la pareja que deseaba y
siento que me hace falta algo”, “Ahora que estoy aquí no sé qué hacer”, “Tengo casa, carro y todo, pero me hace falta
algo”, sin darnos cuenta a veces nos proponemos llegar a la cima de la montaña,
buscando los métodos más fáciles, para no cansarnos, engañándonos con la falsa
creencia de “Perder el tiempo”, cuando realmente perdemos mucho más que el tiempo,
cuando por llevar una vida acelerada no nos permitimos apreciar de las riquezas
que podríamos haber recibido al subir esa montaña contemplando sus paisajes,
curiosidades, su clima, sus ambientes. Es por ello que hoy deseo que podemos
entender que lo más importante ante todo somos nosotros, sin negarnos la
posibilidad de vivir y disfrutar con alegría aquellas metas que nos propusimos,
dedicándonos a valorarlas, apreciarlas, vivirlas y sentirlas. Queridos y
apreciados lectores, bien sabemos que sólo venimos a este mundo con una sola vida,
no tenemos repuesto, así que nuestro transitar requerirá de cuidados y
atenciones que debemos brindarnos para poder seguir circulando en ese futuro que
deseamos. Cuando nos dicen “Vive hoy como si fuera tu último día”, no indica
que debemos lanzarnos a la velocidad de hacer locuras, es realmente buscar
congelar el tiempo para efectivamente apreciar y valorar aquello que en el
fondo siempre fue lo más importante para nosotros. A veces nos entregamos a un
mundo material y nos olvidamos del tesoro de la familia, a veces vivimos en una
ambiente de apariencias o de estar complaciendo a otros, cuando por dentro
deseamos estar en otro lugar y disfrutando de algo más sencillo. No con ello quiero
decir que los lujos son malos, ellos son gratificantes cuando sólo los
alcanzamos disfrutando del paisaje de haber recorrido por nosotros mismos el camino
para llegar a ellos. El que llegó a la cima de la montaña , en helicóptero, en teleférico
o caminando, tendrá una valoración en base a sus deseos de aquello que se
propuso, lo que sí es importante, es que a pesar que se llegó a la cima, cada
uno tendrá una visión, gusto y valoración distinta al otro. Es por ello que
antes de subir a esa montaña que representa nuestra vida, debemos ciertamente
definir en nosotros cómo nos gustaría llegar a ella. La vida no es una
competencia para ir alcanzando trofeos, la vida es esa irrepetible oportunidad que
tenemos la fortuna de tener para disfrutar de ella y guardar en nuestras
memorias el haber sido parte de un presente y dejar nuestra huella imborrable
al fusionarnos en ese hermoso ambiente que conscientemente nos obsequiamos. De qué
vale andar corriendo si al llegar buscáremos más y más sin lograr identificar qué
es lo que realmente nos nutre. Es por ello que sugiero nos centremos en
nosotros, escuchémonos qué realmente deseamos y disfrutemos el recorrido de
aquello que decidimos hacerlo nuestro.
Héctor Baptista, Facilitador para crear Pensamientos Reforzadores de
Vida. Sígueme por Instagram y Facebook a través de @mensajesdelcorazonhb Asesorías
y Orientaciones a través del email:cuandohablaelamor1@gmail.com
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