APURANDO MIS DESEOS

“Por qué no se me dan las cosas como deseo”, “Me molesta ver que a otros se les cumplen sus deseos y yo sigo aquí esperando”, “Si yo no le hago daño a nadie, porqué me toca seguir esperando”. Aunque para muchos les parezca sorprendente, la mala suerte no está vinculada a ningunas de las distintas situaciones que acabamos de leer. Cuando sentimos que las cosas no se nos dan es motivado a que vivimos saboteándonos a nosotros mismos, con esa lluvia de pensamientos de duda y desconfianza de nuestras capacidades, acompañadas por la desesperación de querer todo para ayer. La velocidad nunca será buena compañera para ningunas de las actividades y proyectos que deseamos concretar a nivel personal, dado a que todo tiene su momento perfecto, de lo contrario estaríamos saboreando un alimento crudo que le faltó cocción. Así que no debemos adoptar un deseo sólo por ver a nuestro vecino alcanzar su meta, tengamos cuidado de no andar edificando en nuestras vidas castillos que no son afines con nuestra esencia personal, recordemos que no todo es igual para todos, cuando nos centremos a identificar y diseñar nuestros deseos, hagámoslo viéndonos en ellos tal como somos, a nuestro nivel cultural, a nuestra manera de llevar la vida e inclusive a nuestra forma de relacionarnos con el entorno que nos rodea socialmente. Pues no todos nacimos para vivir un estilo de vida de telenovelas. Queridos y apreciados lectores, solemos sabotear nuestros deseos cuando no estamos bien centrados en ellos, pues muchas veces intentamos ser adultos, sin pasar por los momentos necesarios de la niñez y adolescencia. Recordemos que todo absolutamente todo lo que conocemos y hacemos tiene un patrón de eslabones que debemos transitar para poder alcanzar aquellas metas que nos podamos proponer. Cuando estemos conectados en la construcción de nuestro deseo, veámonos en él, visualicémonos cual película disfrutando del momento de haberle alcanzarlo, luego de aquel recorrido necesario y nutrido que nos permitirá ver atrás y valorar el trabajo, dedicación, constancia, fortaleza, esmero y la perseverancia que debimos tener para llegar a nuestra meta. Adoptar un deseo de otro al ver la felicidad de esa persona al haber alcanzado su meta, puede ser contraproducente si antes no reconocemos nuestro centro, ese que nos permitirá asimilar con equidad si aquello es síncrono con nuestra manera de pensar, con nuestro entorno familiar y social, pues se puede dar el caso de personas que al no estar definidos a nivel personal, buscan conquistar tesoros en vez de alcanzar metas. Bien sabemos el dicho del apuro y el cansancio. Al querer acelerar los procesos de maduración, al final nos dará un resultado desigual, en relación con aquel que cumplió con su debido proceso de crecimiento y formación. No es igual estudiar solo para aprobar un examen, que asimilar y entender el beneficio de aquello que leemos, para la aplicación práctica de nuestro futuro desempeño al aprovechar lo asimilado en nuestro beneficio personal. Los deseos son como aquel dibujo en una hoja de papel, en donde sabemos que con nuestra visualización, transportamos poco a poco nuestras ideas en aquel papel, colocándoles los colores, formas y detalles a nuestros gusto y luego del trabajo cumplido aquel logro será sólo nuestro y no tendrá igual, pues él llevará el sello de nuestra esencia personal.

Héctor Baptista, Facilitador para crear Pensamientos Reforzadores de Vida. Practicante del Círculo de Realización Personal (CRP). Sígueme por Instagram y Facebook a través de @mensajesdelcorazonhb Asesorías y Orientaciones a través del email:cuandohablaelamor1@gmail.co




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