MENSAJE DE DIOS
Respetando
el pensamiento y creencia de cada persona, quiero compartir un
mensaje que me llegó a través de esa voz que solemos sentir al
interno de nuestro ser. “Hijo en estos días me comentaste que me
equivoqué al crear al ser humano; sintiendo el sentido del dolor de
tus palabras, que expresaban a su manera que por más cosas buenas
que dejé en la tierra para ustedes, al final pareciera que la maldad
y sus distintas formas de manifestarse se apoderaban de grandes
grupos de personas, que al final contaminaban y corrompían todo lo
que a su paso se topaban”. No te juzgué por lo que me decías, ni
tampoco me molestó escuchar tú punto de vista.
La
humanidad es mí mayor inspiración, sigo confiado que ella sabrá
lograr superar las tentaciones que les impulsa a salir de la armonía
de coexistir como familia, (mí intención de que existan), sabes que
no soy quien castiga, pues si lanzas una piedra al aire, ella careá
y seguramente causará un efecto en el lugar donde impacte. De allí
lo importante de entender que la piedra por sí sola no hace daño,
es la intención y el uso que le dé quien la lanza.
Hoy
en día la humanidad está recibiendo el impacto de muchas piedras
que han sido lanzadas, causando daño a los seres humanos como en
décadas anteriores; confío plenamente que la humanidad sabrá
aprender la lección que ella misma causa entre sus iguales.
Imagina
si tienes un lugar cálido, cómodo, en donde puedes habitar y en él
comienzas a quitarle los elementos que te protegen del frio y las
tempestades climáticas, entenderás que eso causará un efecto de
incomodidad que no te permitirá habitar más allí. Entonces es el
momento de enmendar los daños que le hiciste a tu morada y
reforzarla, para que vuelva ser ese lugar hermoso que tanto deseas y
requieres para su paz física y espiritual.
Queridos
y apreciados lectores, Dios es cada uno de nosotros a través de las
distintas maneras que deseamos visualizarlo desde el pensamiento
individual. Indiferentemente de nuestra creencia religiosa, nuestra
presencia en la tierra representa la raíz del sentido de la vida.
Es
momento de aceptar que si hicimos mal al lanzar la piedra, podemos
enmendar eso y darle un cambio positivo a nuestra existencia.
Alejémonos
de las vanidades egoístas que nos terminan dominado y llevándonos
arrojar piedras al aire que hoy le podemos llamar, virus, conflictos,
predominio de emociones grises como: Soledad, Desesperación,
Culpabilidad, Indiferencia, Apatía, Vacío, Melancolía, Vergüenza,
Arrepentimiento, Decepción, Aversión, Humillación, Rechazo,
Inseguridad, Ansiedad, Terror, Agobio, Inutilidad, Insuficiencia,
Preocupación, Frustración, Agresividad, Odio, Desconfianza, Furia,
Hostilidad, Rabia, Resentimiento, Celos, Pena; estamos a tiempo de
hacer grandes y hermosos cambios a la armónica coexistencia de
ustedes aquí en el único lugar que creé para que habitaran,
entiendan que las fronteras las colocaron ustedes, pues las aves se
desplazan libremente en los cielos aún sabiendo que existen
diferentes tipos de ellas. Ustedes hijos míos son iguales y se han
propuesto a limitarse en un espacio físico, han creado fronteras,
entre tantas otras cosas que al final les aleja del verdadero
sentido de la libertad con la cual quise que tuvieran al darle vida.
Yo
no castigo, yo estoy pendiente de ustedes, pero si desean cambios
positivos en su vida, deberán ser ustedes quienes detengan la
intención de arrojar piedras o de cumplir esa vil intención de
otros.
Héctor
Baptista, Facilitador para crear Pensamientos Reforzadores de Vida.
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