AMOR EQUILIBRADO

Muchas veces vamos por la vida amando con la mente y pensando con el corazón. No es que ello sea malo, pues la idea es llevar de forma equilibrada el impulso de nuestras emociones afectivas.

Es importante antes de aventurarnos a dar el paso definitivo de formalizar una relación sentimental, identificar nuestra visión de pareja, de manera de que tengamos muy claro el referencial de aquella meta personal que marcará la diferencia del presente con respecto al futuro que anhelamos.

Para compartir una idea de lo importante de definir nuestra visión, imaginemos que somos de las personas que nos gustan las playas (visión) y nos centramos en fijarnos en una persona que le gusta sólo las montañas (su visión), si decidimos formalizar una relación en donde la conducción de la misma sabemos que debe ser llevada por ambos; pues en el transitar del camino, notaremos que uno intentará llevar el manubrio con dirección a la playa, mientras que el otro lógicamente querrá orientar el rumbo hacia la montaña. Sabemos claramente que allí habrá un conflicto en la estabilidad y direccionalidad de la relación. En donde es muy importante no incurrir en el error de querer complacer y dejar a un lado lo que realmente nos gusta.

De allí lo fundamental de tener la claridad de nuestro deseo (visión), combinándolo inteligentemente con el equilibrio de compartir con quien es síncrono con nuestros sentimientos afectivos, de tal forma que si vamos a la playa y visitamos la montaña sea por la identificación que nos une y nos nutre como pareja en ese crecimiento compartido que exigirá el amor en pareja.

Queridos y apreciados lectores, a veces notamos personas que entregan más que su pareja, eso puede indicar dos cosas: Primero que le damos más peso al deseo de conseguir un amor de forma desesperada como cual requisito, sin evaluar si la otra persona tiene la misma visión de querer compartir y estar en sincronía con nuestra visión; lo que llamamos (enamorado solo) y la segunda opción es que llevamos de forma descuidada el afecto sincero que deberíamos compartir con nuestra pareja; lo que al final termina deteriorando todo; son las típicas personas que buscan tener un amor como cual coleccionista o exhibicionistas (personas vacías que juegan a solo conquistar). Es por ello que antes de dejarnos llevar por el impulso del deseo de tener una pareja o relación, combinemos el corazón con nuestra mente y así poder evaluar si es proporcional el deseo de querer crecer en el amor para toda la vida con esa persona que nos pudo haber atraído.

Recordemos que una relación de pareja requerirá acompañamiento, entendimiento, compenetración, identificación, deseos y gustos comunes, así como muchos ingredientes fundamentales que nutrirán aquella visión que será nuestro deseo de vivir en la armonía del amor.

Si realmente deseamos consolidarnos en una relación, fijémonos no tanto en elementos físicos o materiales; intentemos igual profundizar nuestro campo visual para lograr identificar en aquella persona, si en su interior posee o muestra esos valores personales que nos asegurarán que con su compañía pudiésemos llevar con perfecto equilibrio y entendimiento la conducción de esa relación, con la seguridad de sentir que la ruta de vida no se inclina dirección haciéndole fuerza o resistencia a ningunos de los dos.


Héctor Baptista, Facilitador para crear Pensamientos Reforzadores de Vida. Sígueme por Instagram y Facebook a través de @mensajesdelcorazonhb Asesorías y Orientaciones a través del email:cuandohablaelamor1@gmail.com 



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