ERES COMO ERES Y ESO ES PERFECTO
Sorprendentemente
a veces nos topamos con una lluvia de acciones inesperadas de
personas que por presentar un estado emocional altamente afectado,
atentan contra otros seres humanos a través del verbo,
manifestaciones malintencionadas y hasta en intentos de maltrato
físico, todo esto por no saber canalizar y neutralizar algo que en
su interior le perturba, cual pesadilla y en su desesperación al no
saber cómo superar aquello que internamente no aceptan, buscan como
manera de desahogo, abordar de forma abrupta, a la primera persona
que se muestre a su paso. Sin duda alguna en estos casos se hace
presente lo que conocemos como la Intolerancia. Hoy en día notamos
considerables cantidades de personas, que por no tener al alcance ese
equilibrio emocional, se dejan llevar y dominar por elementos
externos, que le empujan a ser agresivos, violentos, groseros,
antisociales, bloqueando toda acción conciliadora, cerrando
inclusive la posibilidad que le puedan comentar o sugerir cambiar su
conducta. Bien sabemos que cada persona es dueña de su vida, sin
embargo en las relaciones humanas debe siempre imperar el Respeto, la
Consideración, la Tolerancia, el Entendimiento, bases fundamentales
para poder coexistir en un mundo de libertades, en donde podemos
desenvolvernos como deseamos, siempre y cuando nuestras acciones no
perjudiquen a otros. Queridos y apreciados lectores, cuando nos
topamos con seres humanos que se muestran intransigentes, tercos,
obstinados, testarudos, estamos frente a seres intolerantes, lo cual
representa gran peligro para el equilibrio de la convivencia humana.
Por ello lo importante de blindar nuestro ser con esa fortaleza de
valores y el control de las emociones, potenciando nuestra conducta
humana de forma positiva, con la intención de no formar parte de esa
tendencia nociva que curiosamente notamos en las sociedades del
mundo, donde por ejemplo al tener un pensamiento distinto, practicar
un culto no a fin a nuestras creencias, así como no ver apropiado la
manera de vestirse, expresarse e inclusive de relacionarse en la
sociedad, causa en ellos ese pánico que muestran al juzgar, criticar
y aislarse, al punto de no aceptar que otro ser humano sea distintos
a ellos. Es por ello que exhorto a que nos veamos en el espejo de
nuestras vidas, de manera de ser nosotros quienes nos evaluemos si
fuimos o no atacados por ese malicioso virus de la intolerancia. Como
comenté anteriormente, nadie cambiará a nadie, pues somos dueños
de nuestra manera de vivir y relacionarnos, la idea es permitir a
otros que sean como ellos quieran ser, sin que ello nos afecte
directamente y permitirnos ser como deseamos, aceptando a los demás
como son sin criticarles, juzgarles, imponerles o vetarles. Finalizo
mi escrito con un ejercicio mental de la permisión el cual deseo
compartir: No Controlar, No Juzgar, No Criticar, si lo hago ¿Me
gustaría que lo hicieran conmigo?
Héctor
Baptista, Facilitador para crear Pensamientos Reforzadores de Vida.
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