FRENTE A LA SOLEDAD
Ocultarnos
tras el telón de la excusa que estamos solos por nuestra mala
suerte, es realmente un acto de temor y de autoengaño. La Soledad es
el recinto que creamos para justificar nuestra inacción ante esos
momentos de vida en donde por alguna razón o circunstancia las cosas
no salieron como seguramente inicialmente pensamos. “Mejor solo que
mal acompañado” por frases como está, notamos hoy en día
personas que pretenden mostrar en su exterior que emocionalmente
están perfectamente equilibradas y en armonía espiritual, pero en
el fondo tratan de cuidar por su temor de volver a vivir una
situación que le afectó, sin desear vivir algo similar, evitando a
toda costa volver a caer en aquel doloroso agujero. “La soledad no
es buena compañera”, en cambio la anterior frase nos alerta que al
aislarnos nos castigamos con aquellos momentos de querer evitar el
disfrutar de la vida y darnos la oportunidad de superar aquel revés,
retomando con optimismo el camino a nuestro bienestar personal. Al
buscar estar solos, sin darnos cuenta permitimos que parte de nuestro
ser se descuide y se inicie ese proceso que como moho, comienza a
deteriorar bien sea en nuestro exterior o en el interior de nuestra
personalidad. Queridos y apreciados lectores, es importante entender
y aclarar que una cosa es castigarse en la soledad, en donde asumimos
que evitando experimentar un nuevo revés, preferimos endurecer
nuestro corazón, aislar nuestra alma e inclusive, bloquear nuestros
sentimiento y otra es centrarnos en ese espacio para nosotros, en
donde podemos meditar, orar, pensar, analizar, reposar y hasta
disfrutar de aquel ambiente en el que nos encontramos. Existen
personas que aparentan tener todo y aún así están solas .Eso es
debido a que nos centramos a darle valor e importancia erróneamente
a cosas, ambientes, emociones y hasta personas, que al final no
poseen esa riqueza espiritual, ni el valor humano para nutrirnos de
ellos. Al decidir estar solos vamos propiciando que algo dentro de
nuestro ser se descuide, quizás pensemos que cambiando nuestra
apariencia física y dibujando una sonrisa, podemos bloquear la
tristeza que llevamos por dentro. Es por ello que sugiero que
entendamos que estamos a tiempo de hacer esos cambios emocionales y
aplicar una nueva estrategia, donde entendamos que para estar bien
con nosotros mismos, es prioritario iniciar con desbloquear esa
soledad interior, que nos aleja de los sentimientos y el contacto con
las emociones. Les aseguro que al hacerlo, notaremos que nuestra
verdadera belleza se notará a distancia, al irradiar una
personalidad reluciente de emoción y felicidad de ser y estar en
gratitud por lo que sencillamente le nutre al vivir sin temor.
Héctor
Baptista, Facilitador para crear Pensamientos Reforzadores de Vida.
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