CAMBIANDO DESDE ADENTRO


“De vuelta a lo mismo”, “Choqué con la misma piedra”, “Sigo atrayendo el mismo tipo de personas a mi vida”, “Seré yo”. Si en alguna oportunidad de nuestras vida nos sentimos arrinconados contra esa incómoda pared que vuelve a mostrarnos que curiosamente llegan a nuestro entorno nuevas personas con las mismas características de aquellas que te causaron ruido e inconformidad en tiempos pasados a través de ese patrón de conductas que mueven nuestros sentidos de forma negativa, indudablemente es el momento que orientemos ese enfoque visual a nuestro interior, con el propósito de evaluar en nosotros que señales seguimos emitiendo, que atraen y guían hacia nosotros como faro a ese tipo de personas a nuestro entorno. Es por ello que solemos encontrar seres que se molestan con su forma vida, asumiendo que todo es igual, esas que suelen expresar que todas las mujeres o hombres son iguales al catalogarlos de mentirosos, infieles, traidores, falsos, ingratos, interesados, entre una gran cantidad de adjetivos de sus infames acciones, cuando en realidad sabemos que no todos somos iguales, pues recordemos que pertenecemos a uno de los géneros humanos y estaríamos entrando en el mismo saco del descrédito que pudiésemos exteriorizar con nuestras palabras o acciones. Queridos y apreciados lectores, cuando sugiero ver a nuestro interior, es con el propósito de buscar e identificar qué color y frecuencia emitimos cuando compartimos con otros seres humanos. Recordemos que todas las personas por lo general somos visuales y sucede que si no tenemos una conducta de prestar atención a los detalles que apreciamos, simplemente seremos como las personas que solo ven la superficie del mar y no tenemos la disertación de entender que debajo de lo que vemos hay muchas cosas que desconocemos y que forman parte del ambiente. Cuando recurrentemente atraemos a nuestras vidas personas que no nos gustan, primeramente debemos aceptar que nosotros hemos estado viendo y mostrando nuestra personalidad a nivel superficial (lo físico, lo que deseamos que piensen de nosotros) y eso es un torturador error, pues sabemos que en fondo somos más que un trofeo para mostrar, somos más que un o una modelo de figura estéticamente bonita, somos más que una persona amigable y divertida. Entendamos que si queremos que lleguen a nuestra vidas personas ricas en su personalidad, en honestidad, en su transparencia, en su espiritualidad, debemos nosotros emitir esa misma frecuencia, pues la ley de atracción siempre atraerá a nosotros lo que en nuestro interior consolidamos como nuestra definida personalidad. Así que cuando nos sintamos que volvemos a darle la bienvenida a personas con conductas que no son de nuestro gusto, entendamos que es hora de cambiar nuestra frecuencia desde adentro, el problema no son esas personas, la raíz de nuestra inconformidad es la comunicación con nuestro yo interno, así que al identificarnos y reconocer dónde yace nuestro foco de atracción de personas que no son de nuestro agrado, podemos hacer esos cambios maravillosos que nos permitan salir de ese incómodo y no deseado escenario y regalarnos la bendecida y feliz oportunidad de incursionar por una nueva y positiva etapa de nuestras vidas. Si no nos gusta lo que atraemos simplemente cambiemos desde adentro.


Héctor Baptista, Facilitador para crear Pensamientos Reforzadores de Vida. Sígueme por Instagram y Facebook a través de @mensajesdelcorazonhb Asesorías y Orientaciones a través del email:cuandohablaelamor1@gmail.com 



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