VEO
MI REFLEJO Y LOGRO ENTENDER MI PRESENTE
Reflexionar, retroceder
en el tiempo y darnos cuenta de aquellos momentos que dejamos pasar y que
seguramente no volveremos a tener la oportunidad de volver a vivir,
indudablemente representarán esos instantes que nos visitan y nos permite
encontrarnos con nuestro ser interior, donde dialogábamos intensamente de forma
crítica y a veces dura, pero necesaria para entender que somos humanos y que
formamos parte de una historia de vida que no se detiene, que sigue,
seguramente en otros ambientes, con otros escenarios, con otro elenco, aunque
con el mismo protagonista (nosotros). Son esos instantes que sin duda alguna
nos despiertan la sensibilidad y algo de nostalgia, sencillamente por nuestra
acciones, pensamientos, ideologías, soberbia, temores, rencores, que sin duda
nos alejaron de algo que sabíamos nos gustaba o que nos hacía tanto bien. Pero
el momento es ahora, el encuentro con nuestra verdad es en este instante y no
tenemos otra salida que seguir adelante, superar cualquier revés e intentar
colocar nuevos y bellos colores a nuestro entorno, sabiendo agradecer a ese
ayer que formó parte de un hermoso instante de lo que fue un presente que
vivimos a plenitud. Queridos y apreciados lectores, no se trata de fantasmas
que tocan a la puerta de nuestra memoria, simplemente se hace presente en ese
ambiente de serenidad y de encuentro con nuestro ser interior, en aquellos
momentos vividos, que nos impulsan a esa autoevaluación, necesaria para darnos
cuenta de lo que pudimos avanzar, de lo que supimos aprender, de lo que
logramos superar, entendiendo que lo que pasó fue perfecto, a pesar de que nos
tocó el corazón, el alma y los sentidos. A veces pensamos que somos dueños de
la verdad y en estos instantes de encuentro con nosotros mismos nos damos
cuenta que simplemente somos parte de un guión variable, complicado y altamente
abundante. La vida nos enseña que debemos aprender a valorar el ahora al
máximo, aprovechando cada instante para expresar respetuosamente nuestro punto
de vista, con quien forma parte del capítulo de la película que representamos. A
veces creemos que somos dueños de lo que pensamos y estamos equivocados, pues
se trata que somos parte de un presente que tiene más elementos que lo que
simplemente somos: Por ejemplo imaginemos que mostramos nuestro rostro en un
lago. Sabemos que al hacerlo veremos el reflejo de nuestra fisonomía (nuestra
verdad, el yo individual), pero si prestamos atención y detallamos un poco más,
notaremos que tras nuestro reflejo, se ve en el fondo, aquellos elementos que
igual se hacen presente en ese lago, (otras personas, otros pensamientos, otras
maneras de vivir, otros ambientes) y ellos son parte de la verdad que nos rodea
y que forman parte de nuestra realidad. Obviarla o ignorarlas es un error, así
que cuando nos sentimos reflexivos por algo que ayer vivimos y hoy no forma
parte de nuestro presente, es dado a que en nuestra comunicación interna, nos
dimos cuenta que olvidamos ver mucho más allá que aquello que mostraba nuestro
rostro en el lago.
Héctor Baptista,
Facilitador para crear Pensamientos Reforzadores de Vida. Sígueme por Instagram
y Facebook a través de @mensajesdelcorazonhb Asesorías y Orientaciones a
través del email:cuandohablaelamor1@gmail.com
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