ME PESA MUCHO Y NO ME HACE BIEN

Somos los únicos responsables de aquello que decidimos conscientemente llevar como equipaje. No se trata de ser masoquista, pero ciertamente a veces pareciera que nos gusta andar cargando aquella maleta de preocupaciones, angustias, problemas, que no nos pertenecen o que sencillamente no van a brindarnos ningún aporte positivo a  nuestras vidas. Es por ello que debemos primeramente reconocer, aceptar y tener el valor de tomar la decisión de soltar cualquier apego, obligación, lastima, remordimiento, que pudiésemos sentir y dedicarnos realmente a abrirnos a recibir el valor nutritivo de disfrutar lo que hacemos e ir en un camino que nos llene de felicidad. Si sentimos que llevamos una carga que no es afín a nuestra visión de vida, sencillamente dejémosla a un lado y permitámonos transitar con la comodidad de sólo llevar en nuestro recorrido el atuendo y las cosas que nos serán útiles y provechosas en la edición de aquella ruta de vida que decidimos protagonizar con amor. Queridos y apreciados lectores, si notamos que aquello que llevamos en nuestras vidas nos causa molestia, incomodidad y hasta dolor, debemos entender que es dado a que de alguna manera fuimos quienes decidimos asumir y darle fuerza a ese peso que hoy nos incomoda. Por lo general el ser controlador suele cargar a cuestas el deseo de intentar resolver y moldear las vidas de otros a su criterio y no entienden que con ello restan direccionalidad a su propia manera de vivir. Igual sucede a quien permite que otra persona le ponga a cuestas ese morral de cosas que no les corresponden, sólo por no tener el valor de decir un respetuoso “no”. Si nos acostumbramos a ser personas dependientes de otras, seguramente asumiremos el peso de pensamientos, ideas y acciones de quien a su manera pensó que nosotros deberíamos cargar y allí nuestro error. Entendamos que cada quien tiene una manera distinta de apreciar, valorar y vivir su momento y es importante que seamos nosotros quienes experimentando nuestro viaje, notemos aquello que está de más en el equipaje y simplemente aprendamos a ir progresivamente mejorando la organización de la cantidad de elementos que llevaremos en el próximo viaje. Suelo poner el ejemplo de los padres primerizos en comparación con aquellos que luego suman más hijos a su grupo familiar, pues por lo general los que se estrenan en la paternidad, suelen llevar una maleta con todos las cosas que piensan que les puede hacer falta y notamos que hay cosas que simplemente la pasean y no la utilizan, de manera que poco a poco se van dando cuenta y finalmente hacen el equipaje de lo que realmente será útil para la comodidad de su paseo. Algo así debe ser la organización de nuestras vidas, en donde sencillamente asumamos llevar aquello que sabemos será útil y que deseamos tener al alcance. Recordemos que  al quejarnos de algo que decidimos llevar a cuesta, simplemente es un acto de castigarse sin sentido. No nos torturemos con un sufrimiento que no deseamos, no llevemos el peso de una inconformidad que no manifestamos. El no expresar las cosas a tiempo, es igual una manera de llevar una carga pesada e incómoda, que en su momento nos hará decir “ya no más”, así que a tiempo es mucho mejor y pesa menos.

Héctor Baptista, Facilitador para crear Pensamientos Reforzadores de Vida. Sígueme por Instagram y Facebook a través de @mensajesdelcorazonhb Asesorías y Orientaciones a través del email:cuandohablaelamor1@gmail.com



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