COSAS DE FAMILIA
Qué
tanto conocemos a esos seres que tenemos la bendición de tener a nuestro lado y
que constituyen el tesoro de nuestra Familia. Una pregunta que probablemente
nos resultará simple, pero seguramente hoy conocemos más sobre los avances tecnológicos,
acontecimientos en nuestros países y en otras partes del mundo, tendencias,
modas, así como de herramientas y novedades que utilizamos con frecuencia para
comunicarnos a través de las redes sociales, que a pesar de no dejar de ser
importantes, lamentablemente hemos permitido que ellas sean quienes imperen
como prioridades en nuestras vidas, desplazando a un lado a esos seres que están
allí, hoy, mañana y siempre, donde por el desorden de nuestras prioridades, le
dejamos a un lado y lamentablemente solemos darnos cuenta de lo importante que
son cuando nos toca vivir ese momento no deseado, en donde por alguna razón de
vida no podremos compartir con ellos, dado a ese distanciamiento físico que comúnmente
experimentamos cuando ellos se mudan a otra región o país o cuando inevitablemente
pasan a un plano mayor. La idea es que reconozcamos que en nuestra familia indiferentemente
como este constituida, yace la base de nuestra abundancia, esa que nos
permitirá siempre crecer. Recordemos que familia es inicialmente aquella que
por razones consanguíneas estamos unidas a ellas, igual que a esas personas que
por la conexión afectiva y emocional, llegan a nuestras vidas y le damos cabida
así como ellas a nosotros en las suyas. Queridos y apreciados lectores,
ciertamente la cotidianidad de un mundo altamente variante, ha generado que lamentablemente
no le demos el valor que merecen esas personas que están allí a nuestro lado. Ellos
al igual que nosotros, tenemos el tiempo limitado para compartir y es triste
que perdamos ese valioso momento de nutrirnos con el alimento de conocerles e
intercambiar aquellas vivencias, que nada externo nos brindará. Pues mientras las
novedades y modas cambian, se olvidan, no así pasará con esos seres queridos,
que en vida nos brindarán algo que jamás será remplazado. Como hijos crecemos y
nos independizamos y en ese lapso de tiempo vamos dejando atrás aquellas cosas
que no volverán, sólo podremos mantener aquello que al compartir en familia
quedarán guardadas en nuestras memorias. Si como hijos no recibimos el afecto
de un abrazo de nuestros padres o le retribuimos a ellos con ese amor único, cuando
no estemos, añoraremos haber compartido y conocido un poco más de ellos. Igual pasa
con cualquier persona que hoy tenemos a nuestro lado y no le prestamos la
atención, ni el valor que merecen, por estar pendientes de otras situaciones
que finalmente son superficiales, que nunca serán fundamentales para nuestro
crecimiento personal y familiar, donde inclusive al darle la importancia, nos
separan al pelearnos por aquella diferencia de pensamiento o de visión y cuando
ya no estén, entonces añoraremos haber aprovechado más el tiempo para compartir
y disfrutar de su presencia. No esperemos a que no estén para darnos cuenta lo
importantes que son ellos en nuestras vidas. Aún hay tiempo para ese compartir,
para abrazar, sonreír, llorar, apoyar, entender, conocer, amar, besar,
dialogar, pues de ello dependerá el nunca olvidar y de que nunca nos olviden,
de ello quedará el grato y valioso tesoro de que seamos valorados por la esencia
de lo que dejamos cuando nos tocó ser parte de un bello presente para esas
personas que siempre serán nuestra familia.
Héctor Baptista, Facilitador
para crear Pensamientos Reforzadores de Vida. Sígueme por Instagram y Facebook
a través de @mensajesdelcorazonhb Asesorías y Orientaciones a través del
email:cuandohablaelamor1@gmail.com
Comentarios
Publicar un comentario