CREO EN MÍ Y NADA ME DETIENE

Muchas veces de forma inesperadas se nos presentan situaciones o sucesos, que mueven nuestras vidas en lo personal y en ese instante seguramente nos preguntamos el porqué de aquellos acontecimientos que por su naturaleza no son de nuestro agrado. En estos casos debemos estar muy atentos al recibir esas manifestaciones que entre la turbulencia emocional nos mostrarán aquellas personas, ambientes o situaciones que tendremos que tomar en consideración para cuidarnos de ellas, pues por su nivel energético negativo se manifestó al repelerse con nuestra brillante luz vibracional. “Me tienen envidia”, “Siento una sensación pesada en el ambiente”, “A pesar de mi deseo, siento que algo me quiere restar fuerza en lo que quiero”. Aquí simplemente están de manifiesto aquellas intuiciones y sensaciones que solemos sentir cuando algo o alguien en nuestro entorno no vibran con la misma frecuencia en la cual optimistamente nos sintonizamos. Es por ello lo importante de tener la confianza y la seguridad personal de entender que nada, ni nadie nos puede derrumbar nuestros planes y más bellos anhelos, recordemos que quien obra mal le irá siempre mal y que a pesar que sus malas intenciones puedan hacer algún daño en nuestro ser, siempre se impondrá la buena intención, siempre seguirá adelante el que hace las cosas con buen corazón, siempre se le abrirán las puertas a los seres humanos, honestos, puros, sinceros, humildes, transparentes, trabajadores, esos que sabiendo que le intentan desprestigiar, ofender, mal poner, entre muchas tantas malévolas intenciones, saben que indistintamente al nivel de aquellos actos envidiosos, se impondrá la fuerza con la cual nos nutrimos y que nos hace unos seres de luz invencibles, exitosos, prósperos y abundantes. Queridos y apreciados lectores, la envidia yace en aquellas personas que por su poca confianza, por su baja autoestima, construyen en su vida aquella morada de emociones tristes que le hacen sentir esa sensaciones de vacío, enojo, que por su carga negativa de vivir, condicionan su vida a la carencia y por ello suelen ver en quienes opuestamente a ellos logramos vivir en perfecta armonía con ese hermoso nivel energético que decidimos asumir como parte fundamental de nuestra existencia, quieren mejorarnos y no lograr concebir que nosotros pudimos surgir, crecer, desarrollarnos, nace en ellos esa impotencia que le impulsa a desear que a quienes ellos envidian les valla mal o que nuestros proyectos no se concreten. No olvidemos que el bien y el mal existen, cada uno de ellos posee su potencia que le impulsa, sin embargo el poder del bien jamás podrá ser superado por aquellos que no poseen una base para sustentarse y es por ello que la maldad siempre, siempre, siempre en algún momento caerá y se impondrá la verdad y la justicia. Obrar bien abrirá las puertas del éxito, pero celebrar y aceptar los triunfos y logros de otros nos hará seres notables, únicos y transcendentales. El envidioso se puede mostrar con rostro de amigo, de jefe, de un familiar y hasta curiosamente de pareja, es por ello que cuando finalmente se muestran y logramos identificarlos, sentimos indudablemente un duro golpe emocional, sin embargo recordemos que es mejor navegar con el viento a favor, que tener un factor que nos interrumpa y demore nuestro plan de navegación. Nada perturbará el éxito de quien con amor, honestidad, buena voluntad, optimismo, perseverancia y fe cree en sus deseos, buscando alcanzar sus metas y no se detiene ante ninguna tormenta. Creo en mí y nada me detiene.

Héctor Baptista, Facilitador de Pensamientos Reforzadores de Vida, Practicante del Círculo de Realización Personal (CRP) en instagram por @mensajes_del_corazon_hb 



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