EN MÍ NAVE AZUL

Somos tripulantes de un planeta, que generosamente nos permite residir bajo su abrigo y morada, obsequiándonos sin interés todos sus tesoros, demostrándonos que su amor no tiene condiciones y que indiferentemente como le tratemos siempre dará lo mejor de sí para nosotros a través de su amor incondicional. Es por ello que la Madres indiferentemente como pudiésemos llamarles, su condición, la manera como le tocó asumir ese rol e inclusive del reino animal que sea, ellas siempre amarán así no le amen y estarán dispuestas a dar hasta su vida para dar vida a quien ellas aman. Sin embargo con nuestras acciones y manera de llevar la vida, pareciera que no valoramos, ni entendemos que nuestra existencia depende de la vida de nuestra Nave Azul, pues lo que a ella le ocurra, correremos con la misma suerte. Es por ello lo importante de entender que somos parte de una combinación de elementos naturales que nos interconectamos entre sí, de forma perfectamente equilibrada y necesaria para la coexistencia de todos. Sería bien incrédulo el que piense que es una tontería el cuidar la cuna que nos sustenta. Estamos en un periodo de crisis existencial, donde la humanidad ha perdido esos valores fundamentales, necesarios para poder asegurar el nacimiento y continuidad de otros, pues vemos con preocupación seres humanos que andan con un corazón petrificado y egoísta, que pareciera que no le importara nada más que su beneficio personal, sin concernir si con sus acciones altera o daña a otros. Sólo basta con detenerse, observar, detallar el ritmo y la manera como en forma global vamos asumiendo patrones y conductas no beneficiosas para la vida en la tierra. Es el momento de valorar, agradecer y querer a nuestra hermosa Nave Azul que hoy nos sigue regalando la posibilidad de disfrutar de sus infinitos encantos y bellezas naturales, detengámonos así sea cinco minutos de aquellas cosas de nuestra cotidianidad y regalémonos un bello instante para respirar, observa y percibir lo bello de aquello que nos rodea de forma natural, seguramente encontraremos en ese instante elementos que Nos Gustarán. Queridos y apreciados lectores, somos tripulantes de un mundo que nos une de forma invisible, lo que afecte a uno, al final nos afectarán a todos, por ejemplo: Si interrumpimos el flujo del agua del manantial, no solo perderemos el recibir el vital líquido, dañaríamos con ello toda clase o especie que dependía para su subsistencia de aquella agua de vida. Comencemos con ser esa hija o hijo ejemplar que ama a su madre y se preocupa por ella, valorando el amor y los cuidados que aquella madre siempre nos brindó. Valoremos lo que tenemos y lo que recibimos de forma natural, saliendo así del laberinto de los antivalores. Sabemos que no cambiaremos al mundo, pero si podemos cambiar nosotros, al hacerlo permitiremos que otros logren ver nuestra Luz y con ello sientan el deseo de conocer, sentir y emitir su propia Luz, una vez que conozcan el poder del Amor formarán parte de quienes desde ese sentimiento afectivo por nosotros podemos amar y cuidar a otros y así asegurar que nuestra bella Nave Azul siga compartiendo con sus hijos los regalos que generosamente sólo ella nos puede brindar.


Héctor Baptista, Facilitador para crear Pensamientos Reforzadores de Vida. Sígueme por Instagram y Facebook a través de @mensajesdelcorazonhb Asesorías y Orientaciones a través del email:cuandohablaelamor1@gmail.com 







Comentarios

Entradas populares de este blog