EL
GRITO, SEÑAL DE DESESPERACIÓN
Sabemos que como seres
humanos cometemos errores y eso es entendible, sin embargo existe uno de ellos
que al aplicarlos nos quita hasta la razón, ese error es el “Grito”. El Grito
es la herramienta desesperada que utilizamos para intentar imponer nuestros pensamientos,
ideas, creencias, deseos, voluntad, en fin, él indudablemente muestra nuestra
poca seguridad personal al no tener dominio como canalizar aquello que sentimos
en nuestro interior. Alzar la voz es una conducta que denota que no estamos a
la altura de controlar una situación, al alzar la voz demostramos que nuestra
soberbia supera la inteligente serenidad que deberíamos poseer, al alzar la voz
borramos cualquier belleza que externamente podamos poseer, al alzar la voz nos
alejamos de aquello que amamos y deseamos. Queridos y apreciados lectores,
entandamos que alzando la voz a niveles alterados, nos traerá como consecuencia
mayor irritación, al recibir una lluvia
igual o superior aquella que decidimos liberar sin control al darle el campo
abierto a la irracionalidad. Entendamos que al gritar perdemos el control de
intentar mostrar nuestro punto de vista, pues en ese instante la persona que es
bombardeada por los altos decibeles puede optar por unirse al pésimo concierto
de notas de acordes imperfectos o en el mejor de los casos ignorarnos y
simplemente bloquear, al no desear recibir nada de quien pensó que usando un
megáfono a corta distancia le sería útil. Por lo general el que grita termina
expresando lo que siente y lo que no también y culmina hiriendo e hiriéndose, dejando
con ellos marcas que cuestan sanar en el tiempo. Cuando alzamos la voz
mostramos que fuimos acumuladores de situaciones que no son de nuestro agrado,
como por ejemplo cuando aceptamos algo que nos es afín a nuestra personalidad, por
complacer o por intentar mantener alguien a nuestro lado. Igual el grito es el
martillo que utilizan las personas violentas, malintencionadas, egoístas,
victimarias, que sencillamente emplean para alejar y mantener a distancia a
quienes sin duda reconocen les puede quitar la máscara. En todo caso si por
alguna razón somos de quienes a través del grito intentamos hacernos escuchar,
entendamos que vamos por un camino erróneo y perjudicial, que sencillamente
atentará contra nuestra perfecta saludo física y mental, pues terminará
opacando cualquier rastro de luz que pudiésemos poseer. Existe solución, sólo
debemos equilibrar nuestras emociones y actuar con serenidad, dominando a ese
otro yo que se desespera por imponer a viva voz su sentir. Seamos inteligentes
y no le demos gusto al mal genio de arruinar algo que en el fondo sabemos que
podemos llevar con la tranquilidad de una mente centrada y bien consiente de lo
que piensa, pues es la una manera que los sabios tienen para hacer llegar el
mensaje sin necesidad de romper los cristales.
Héctor Baptista,
Facilitador para crear Pensamientos Reforzadores de Vida. Sígueme por Instagram
y Facebook a través de @mensajesdelcorazonhb Asesorías y Orientaciones a través
del email:cuandohablaelamor1@gmail.com
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